Técnica mixta, lápiz de grafito, color sobre papel y collage con recortes
La obra presenta una narrativa visual estructurada en dos planos claramente diferenciados. En el centro destaca un dibujo artesanal que representa un abrazo, mientras que los márgenes muestran diversas escenas realizadas en técnica collage, —El choque entre ambos lados genera un campo de tensión que invita al espectador a ubicarse, a decidir de qué lado mirar… o si es posible articular ambos. —. Este contraste simboliza la dualidad entre lo humano y lo tecnológico: por un lado, la autora rescata la calidez de lo manual a través del dibujo; por otro, refleja en los collages nuestra realidad hiperconectada, dominada por inteligencias artificiales programadas desde lógicas capitalistas de producción masiva.
En la actualidad, la información se genera de forma acelerada y constante, aunque no siempre veraz. La obra invita a reflexionar, desde enfoques sociológicos y filosóficos, sobre nuestra relación con la tecnología: cómo humanizamos las máquinas, cómo nos nutrimos de ellas como fuente de información, y cómo nos afecta la producción masiva de estímulos visuales en esta sociedad contemporánea marcada por la velocidad y la alienación. Vivimos en una era que, paradójicamente, nos hace cada vez más seres solitarios, obsesionados por dominar nuestras emociones y estímulos, pero cada vez más desconectado de la vida como fenómeno esencial.
